EUROPA
PRESS
2 octubre
2021
Qué
es dormir bien y por qué tan es importante para tu salud
Dormir y comer son un placer, además de
un deber para poder tener un buen estado de salud. Pero igual que no podemos
comer cualquier cosa para estar sanos tampoco podemos dormir de cualquier
manera. ¿Sabes qué consideran los científicos por dormir bien?
Para responder a esta pregunta hablamos en Infosalus con María José Masdeu,
miembro de la junta directiva de la Sociedad Española del Sueño (SES), quien
lamenta en primer lugar que con la pandemia ha cambiado el sueño de muchos
españoles, y no precisamente para bien.
"Durante la pandemia nos hemos visto sometidos a
situaciones de estrés emocional intensas. En muchos se ha generado miedo,
aparte por supuesto del desconocimiento sobre lo qué sucederá, o el estrés
laboral que se está creando en muchas profesiones. Esto afecta a nuestros
patrones de sueño", detalla la experta en Neumología y Medicina del Sueño.
Dice también que al estar confinados hemos perdido las
rutinas fundamentales para el sueño, al mismo tiempo que hemos estado menos
expuestos a la luz solar, lo que también ha perjudicado a nuestro ciclo de
sueño y de vigilia. "Estamos más tiempo expuestos a aparatos electrónicos
y todos tienen una luz muy intensa que alteran también el ritmo de sueño y
vigilia", afirma.
¿Cómo saber que no estamos durmiendo lo suficiente? La
doctora Masdeu indica que, si presentamos una
sensación de cansancio durante el día, nos levantamos con una sensación de
sueño no reparador, o nos cuesta salir de la cama. "Si durante el día vas
lento en la toma de decisiones o en el transcurso de tu actividad profesional
como con cabeza embotada, que no piensas claro", apostilla.
La coordinadora de la Unidad del sueño del Hospital
Universitario Parc Taulí de
Sabadell menciona que otro síntoma de que no estamos descansando lo suficiente
podría ser la necesidad de hacer varias siestas durante el día, aunque sí ve
con buenos ojos los 15-30 minutos que podemos tumbarnos después de comer. Eso
sí, advierte de que cuando se hacen siestas más largas hay una privación de
sueño seguro, algo que igualmente puede afectar a nuestro descanso nocturno.
Cree bueno remarcar que aquellas personas que presentan una
enfermedad de la esfera cardiometabólica, tipo hipertensión,
diabetes, o problemas de cardiopatía isquémica, entre otras, deben ser valorados igualmente sobre su patrón de sueño, puesto que
hay relación entre dormir poco con estas patologías.
Adultos: dormir entre 7 y 9 horas es lo correcto
La miembro de la Sociedad Española del Sueño recuerda que en
teoría estamos todos programados para dormir entre 7 y 9 horas. "Es lo que
se considera bueno para la salud. Es verdad que hay un pequeño grupo de
población, los dormidores cortos, que tienen una predisposición genética a
dormir menos de 6 horas, y esto no les afecta a funcionamiento diario",
precisa.
Ahora bien, Masdeu resalta que
también hay adultos que genéticamente están predispuestos a dormir más de 9
horas y las necesitan para funcionar bien en su vida, en su día a día. "La
gran mayoría de la población necesita de 7 a 9 horas diarias para tener un buen
funcionamiento y estado de salud saludable, un sueño saludable",
puntualiza.
La experta en Medicina del Sueño recalca que en la población
adulta el sueño es dinámico y se va modificando a medida que cambiamos de
etapa. "Por eso los niños duermen mucho más y las personas mayores, a
partir de 65 años, parece que duermen menos, pero es solo un poco menos porque
nos seguimos manteniendo en esas 7-9 horas, pero el patrón de sueño cambia, y
podemos dormir algunas siestas durante el día de 15-20 minutos, de forma que
con esas dos o tres siestas diarias nos acercamos a esas 7-9 horas. Es errónea
la idea de que los abuelos duermen menos", insiste.
Cómo dormir poco perjudica a nuestra salud
La doctora, por otro lado, hace mención a lo que se conoce
como 'síndrome del sueño insuficiente', esto es dormir en poca cantidad y en
mala calidad, algo que afecta a muchísimas esferas de nuestra salud.
"Dormir poco nos puede provocar obesidad, que desarrollemos enfermedades
del corazón (angina pecho, infarto, hipertensión), nos favorece la aparición de
una diabetes. Dentro de la esfera emocional-cognitiva facilita la aparición de
la depresión, incluso de accidentes profesionales, laborales, de tráfico, y en
el caso de la profesión sanitaria errores médicos", subraya.
Masdeu recalca así que no dormir bien
afecta a toda nuestra esfera personal, en el sentido de que es una función
básica para tener buena salud: "El sueño es un proceso fisiológico
imprescindible para vida saludable. Tiene unas funciones muy específicas, igual
que la circulación o la respiración. Con el sueño reparamos todos aquellos
procesos que se desgastan durante el día con nuestra actividad".
También indica que es el momento en el que tienen lugar
otros procesos biológicos específicos que tienen que pasar por la noche como la
liberación de la hormona del crecimiento, por ejemplo, durante la edad
infantil. "Crecemos cuando dormimos y si no respetamos estas horas de
sueño acabará teniendo impacto en nuestra salud y como esta, varios
ejemplos", agrega.
Y una tercera función, según prosigue Masdeu,
es la de regular el metabolismo de la glucosa, al tiempo que añade una nueva,
mientras dormimos se regula nuestra esfera cognitiva y emocional: "Cuando
estamos durmiendo por la noche memorizamos y consolidamos
lo aprendido durante el día, de ahí la relevancia de que los niños duerman las
horas que toca porque es el momento de máximo aprendizaje, pero igual para los
adultos. Concretamente el sueño también es una fase de regulación
emocional".
Consejos para dormir mejor
En última instancia, la miembro de la junta directiva de la
SES subraya que lo más importante para gozar de una buena calidad del sueño es
mantener las rutinas, e intentar respetar los ritmos biológicos, es decir,
dormir por la noche y estar despiertos por el día, de manera que a partir de
las 23-23.30 horas todo debe estar preparado para dormir.
En su opinión, es fundamental también que antes de irnos a
la cama no hagamos cosas que nos estimulen como emplear ordenadores o aparatos
con gran intensidad de luz. Desaconseja también el ver la televisión una o dos
horas antes de irnos a la cama e intentar hacer cosas que acaben de bajar
nuestro ritmo, como leer un libro.
Es útil en estos casos también el exponernos a la luz
durante el día, sobre todo a la luz solar, porque es la que sincroniza nuestro
ritmo cerebral con el ritmo ambiental, al mismo tiempo que intentar sobre todo
evitar las cenas no copiosas, que no haya elementos que nos puedan provocar una
digestión pesada.
Cuidado con el alcohol y con las bebidas estimulantes por la
noche es otro de sus consejos, a la par que realizar el ejercicio
preferentemente por la mañana, y lo más lejos posible de la hora de irnos a la
cama porque si no dificultará la conciliación del sueño, según vaticina la
experta. "Debemos programar nuestros horarios de sueño para mantener unas
7 horas de descanso nocturno", sentencia.